I need you... so high

Mi viaje había durado menos de lo esperado. Mi prima Claire la única pariente viva que me quedaba en Inglaterra, junto con mi tía Rossmerta, me había mandado un mensaje contándome que su madre (es decir mi tía) no estaba bien. Le habían descubierto un cancer de pulmón que era fulminante y nadie sabía exactamente cuanto tiempo de vida iba a quedarle, así que apenas lo supe, dejé todo atrás y tomé un vuelo a Londres.
Mi estadía fue de unos 10 días, hasta que mi tía falleció. Todo fue muy triste, ya que no teníamos otros familiares allí. El funeral debió ser organizado en su totalidad por Claire y por mi, y algunas de las amigas de Rossmerta, que venían a ayudarnos.
Mi tía era una persona muy importante en mi vida, alguien que me había querído aún más que mis padres y se había preocupado mucho más por mi que ellos, pero no se por qué, a veces la vida es muy injusta y se lleva a aquellos que no debe llevarse.

Volviendo a mi realidad estadounidénse, me mantenía en contacto con mis amigos, para que me contaran como eran las cosas por allí y en secreto preguntaba por Grayson, no quería que el supiera que yo estaba preocupado por él, pero la verdad es que en este momento me interesaba saber como estaba.
Todos me decían que estaba muy bien, así que unos dos días luego del funeral de mi tía, Claire tuvo que entrar a la Universidad y yo volví para Mary Fields...

Mis días siguientes fueron muy tristes y vacíos, estuve muy sólo, sin salir de mi casa, ni siquiera dejé entrar a la criada... la muerte mi tía me había afectado más de lo que pensaba.
Luego de dos días de soledad, me di cuenta de lo que en realidad necesitaba, no había nada en el mundo que me pusiera mejor que eso. Tomé mi abrigo y con algunas lágrimas en mi rostro, en mi auto conducí tranquilo por las calles.
Llegué hasta una casa de ladrillos muy bonita... la casa de Grayson. Suspiré tomando fuerzas y bajé del auto. Me dirigí hasta la puerta y di tres leves golpes en esta.

Esperé impaciente a que Gray abriera la puerta y en pocos segundos, lo hizo. Lo vi allí tan perfecto y hermoso como siempre, recién bañado, con su pelo mojado y ese embriagante aroma que solía desprender siempre de cualquier parte de su cuello, que te hacía querer olerlo hasta que el mundo se acabara. Era SU aroma y el sabía que me volvía totalmente loco al olerlo.

Oí su tono de desinterés y entró en mi corazón como un frío puñal de plata, como si me hubieran dado una bofetada justamente en ese momento, pero me sentí reconstruído cuando se acercó a mi y me abrazó. Rodeé su cadera con mis brazos y me agaré fuerte a él, no quería dejarlo ir jamás. Escondí mi rostro en su cuello, extrañaba tanto los momentos en que eramos pareja.... Suspiré antes de comenzar a hablar

-Recuerdas mi tía Rossmerta? bueno... ella... falleció- Le dije mientras hacía una mueca para mi mismo e intentaba pensar en otra cosa, sin aún soltarme de su cuerpo.

Escuché como se ponía atento a lo que le decía y en seguida cambiaba su tono de voz por uno comprensivo y compasivo. Me tomó suavemente de la mano y yo entrelacé mis dedos con los suyos, dejando que me llevara lentamente hasta la sala, en donde nos sentamos y escuché lo que él me decía. Sus ojos eran tan hermosos y hasta suplicantes... si bien yo era quien lo había dejado y había prometido no volver, era un problema resistirme a él cada vez que lo veía, él era, fue y será el amor de mi vida... Suspirando dejé que me abrazara, ahora no pensaba tanto en Rossmerta, sino que pensaba más en Grayson, en mi... en nosotros.

-No lo sientas... yo sólo... necesito estar contigo- Le dije en un doble sentido que yo no sabría si el entendería. Me separé un poco de su abrazo y apoyé mi frente en la suya. Cerré mis ojos y deje que nuestras narices se juntaran, respirando sobre sus labios, pero sin llegar a tocarlos aún -Te extraño demasiado Gray...- Le dije moriéndome el labio

Escuché lo que decía y todo mi cuerpo se estremeció, sabía que él me deseaba y ahora me lo estaba demostrando, me había extrñado tanto como yo a él y eso me ponía loco, me encantaba y me hacía fantasear con poder volver con Gray. Si bien habíamos tenido varios problemas juntos, los momentos que pasé a su lado fueron hermoso, nos demostrábamos tanto amor y nos mostrabamos que nos queríamos tanto, que no había ningún mal entre nosotros.

-Si te hice falta, entonces no me dejes ir- Le dije suplicante, antes de que sus labios, sus hermosos y carnosos labios, con ese sabor tan exquisito, se unieran con lo míos. Dejé que mi lengua se abriera paso entre sus comisuras para comenzar a juguetear con la suya, mientras una de mis manos se enredaba entre su pelo y lo atría hacia mi y la otra recorría su espalda lentamente

Sonreí de lado cuando escuché que decía que esta vez no me dejaría ir, era lo que yo quería, lo que yo buscaba, que no me dejara ir, que me hiciera suyo por siempre y que seamos felices de una vez por todas, sin nada que se intermeta entre nosotros dos, ser Grayson & David, y nadie más, una pareja más que feliz.

Nuestros labios se reencontraban en un apasionante beso y nuestras lenguas jugaban, recorriendo cata rincon de la boca del otro, sin importarnos que pasaría después, pero disfrutando de ese apasionante beso que ambos veníamos anhelando hacía ya rato, pero que nadie se había animado a dar el primer paso para que se diera...

-Claro que te quiero Grayson, nunca dejé de quererte y no lo haré- Eres el amor de mi vida sin lugar a dudas- Le dije mientras ponía una mano en su mejilla y lo miraba dulce a los ojos, para luego deshacer el daño que se estaba haciendo el mismo en sus labios, con un corto pero tierno beso -Y que hay de ti?- Le dije esperando una buena respuesta..

Me alegré de que se riera... hacía mucho que no escuchaba ese sonido salir de su boca... desde antes de romper, de hecho que no lo hacía, y era un sonido tan dulce que daban ganas de que él esté riéndo todo el tiempo. Sonreí de lado, divertido por como reía el mismo y escuché con atención lo que me decía.

-Tu me has lastimado y yo también, pero el tiempo nos demostró que no podemos vivir sin el otro, Gray. Yo te perdono de todo lo que hayas hecho y espero que hagas lo mismo, porque siento que nos correspondemos el uno al otro, que soy tuyo y tu mío y que nadie se volverá a interponer entre nosotros- dije recalcando el nadie y el volverá, haciendo referencia a Demian. Desde la pelea en el hospital que no nos dirigíamos la palabra. Se la tenía jurada...

Observé que se levantaba y me pregunté que estaría haciendo, así que caminé hasta detrás de él y lo abracé por detrás, atrayéndolo hacia mi, haciendo que su trasero quedara contra mi miembro. Eso hizo que me excitara un poco, hacía mucho que no teníamos esa cercanía -Extrañas a Angie?- Le dije viendo como observaba las fotos que tenía con su prima... A decir verdad yo mismo hacía mucho que no veía a mi amiga...

-Lo se, siempre te veía con ella, pero no te preocupes, ya que ella volverá pronto y podrán estar juntos- Le dije con una sonrisa de lado mientras prestaba atención a lo que me decía -Claro, te escucharé y te resopnderé con calma si eso es lo que quieres que haga- Le dije aún sin dejar de sonreír, mi voz ahora estaba convirtiéndose en un susurro, era provable que si me dijo eso, era porque no sería algo que me agradaría.

Suspiré antes de comenzarlo a escuchar, era algo que yo había previsto hace tiempo que el querría estar con ambos de nosotros, me amaba, pero al parecer su corazón no podía pertenecer simplemente a una persona. Suspiré una vez más, estando sobre el sillón, cuando, tomados de la mano, me contó lo que yo mismo me había preparado para escuchar. Simplemente me dijo que me amaba, pero que lo amaba a él también y que no podía estar con uno de nosotros dos. Hice una mueca y agaché mi rostro antes de hablar.

-Mira Gray... pensé que las cosas serían distintas, que si volviera, estarías arrepentido de haber jugado conmigo y que volveríamos a estar juntos, sin que nadie esté entre nosotros. Estoy pensando que tal vez si no fuera Demian la otra persona a la que amaras sería distinto. Ya sabes, él y yo nos peleamos muy fuerte y no se si podría aceptar que él sea la otra persona en tu vida- Le dije en voz calmada y tranquilo, no había nada que me alterara en ese momento, de hecho no me sentía triste, al contrario, me encontraba feliz de la verasidad con la que estabamos hablando el uno hacia el otro.

-Tampoco puedo negar que te amo mas que a nada en este mundo, y no se si podría soportar perderte una vez más- Le dije mientras lo miraba con unos brillosos ojos y me veía reflejado en los suyos, que ahora estaban más neutrales que nunca. Me mordí el labio con nervios y con confusión.

-Osea que te arrepientes de haber establecido una relación conmigo? ya que dices que te arrepientes de haberlo hecho con los dos. De cualquier forma, yo estoy decidido a que el entre en tu vida, solo por que te amo, pero él tendrá que adaptarse a los tiempos que yo pretenda tener de ti. -

Le dije con una sonrisa en mi rostro, estaba bromeando, no obligaría nada a nadie, solo estaba dándole a entender que si el quería tener una relación poliamorosa, yo también podía tenerla. Le dejé que se recostara en mi pecho y le correspondí su beso.

-Yo soy feliz con tan solo verte- Le dije mirando lo bello que era, y lo besé pasionalmente, con mis manos, levantando un poco su camisa y pasando mis manos por su espalda desnuda

-No digas eso, si no nos merecieras, niguno de los dos volvería contigo Grayson, así que cierra esa hermosa boca que tienes y simplemente disponte a besarme, a ser mío, a no pensar en nada más, simplemente en nosotros dos y en cuando nos queremos-

Le dije sonriendo de lado sobre sus labios mientras sentía su tacto en mi pierna. Escuché lo que decía y le di un beso en la mejilla... siempre me parecía más tierno un beso en la mejilla que uno en la boca, así que con eso quise responderle que yo también lo amaba. Lo empujé con una leve fuerza hacia atrás y me puse sobre él, pasando mis manos por su cuello y besándolo pasionalmente, abriendome camino por las comisuras de su boca con mi lengua.

Senti como el mismo se dejaba llevar y entraba en el placer de nuestros apasionantes besos, poniendo una de sus manos en mi cadera y la otra en mi mejilla, me hacía sentir tan bien, y él quedaba como una persona tan tierna, bueno, no quedaba, en realidad lo era, y eso es lo que hacía que me encantara tanto. Me tomó por el cinturon y luego fuimos juntos hasta su habitación, en donde me tiró en su tan conocida cama y se puso sobre mi, sentándose sobre mi miembro. Continuaba sus besos con pasión mientras él me quitaba la camisa y yo hacía lo mismo con la de él.

-Pues... ven a buscarme- Le dije mordiéndome el labio inferior, y luego lo giraba para quedar sobre él yo, y comenzar a besar sus labios, pasando por su cuello, donde estuve un buen rato, sabiendo que lo enloquecían y luego fui dando cortos besos en todos su pecho y abdomen. Rapidamente me deshice de sus pantalones, dejándolo en ropa interior. -Que bien te sientan esos boxer- Le dije con una sonrisa de deseo, mientras con mi lengua pasaba por su abdomen y luego por sobre su ropa interior y bajando por sus muslos, mientras que mis manos se metían por debajo de su ropa interior y comenzaban a hacer leves caricias al rededor de su miembro.

Sus gemidos simplemente me encendían de una manera enloquecedora, en unos pocos segundos, y sin su tacto yo ya estaba algo duro. Sonreí de lado cuando observé como gemía y hechaba su cabeza hacia atrás, disfrutando de todo el placer que yo le estaba transmitiendo. Sentí la dureza de su miembro cerca de mis manos y eso me hizo sonreír aún más. Rosé con un dedo levemente su miembro y luego subi hasta su boca la cual besé con pasión y luego lo giré para que él ahora quedara sobre mi.

-Bueno, si quieres hacerlo como nunca antes, podemos hacerlo a tu manera, como tu pienses que es el no haberlo hecho nunca antes.- Le dije mordiendo su labio inferior y luego lamiendo el superior.