coffe for two {Alex}

Eso de ser nuevo en el colegio era, ahora mismo de lo peor, y no por no conocer a casi nadie si no porque me perdia por cada lado del colegio y llegaba tarde a casi todos los lados asi que muchos profesores ya se estaban cansando un poco de mis restrasos, algunos eran comprensibles ya que era nuevo, y no conocia el lugar pero algunos simplemente les daba igual si era o no nuevo. Y a mi me daba igual si ellos se enfadaban o no asi que, el llegar tarde o no a mi, personalmente no me afectaba. Aun asi no me preocupaba ya que en un par de dias ya me habria adaptado al colegio y conoceria todos los lugares.

Mas, habia un lugar que ya me conocia de memoria: Starbucks. Desde que era un chiquito me encantaba, el cafe siempre habia sido mi adiccion en el buen sentido de la palabra, si es que esa palabra tiene algun buen sentido. Camine desde el colegio hasta la famosa cafeteria, estaba un poco alejada, pero me gustaba caminar asi que no le di importancia alguna. Entre, por suerte no habia demasiadas personas por lo que no tendria que esperar demasiado a que prepararan mi cafe; odiaba eso, este lugar le gustaba a casi todo el mundo por lo que, normalmente estaba a rebosar de personas. Tras pedir mi cafe de siempre, Frapuccino, espere a que lo prepararan observando a las personas que estaban sentadas en la cafeteria. Siempre habia sido una persona muy observadora, me fijaba en cada minusculo detalle, mi ultima novia me habia dicho que eso era una caracteristica muy buena en mi, los pequeños detalles de los que siempre me acordaba. Observe a una bonita chica rubia en una de las mesas, me sonaba su cara, me fije un poco mas, era una chica de mi colegio, a penas la conocia habia hablado un par de veces con ella, su nombre era... ummm Summer, si era ese su nombre. No sabia si ella se acordaria de mi ya que a penas nos conociamos y quiza pensaria que era un chico raro o algo, pero que mas daba? nunca me habia preocupado lo que pensaran los demas de mi, y esta no iba a ser la primera vez.

-Gracias - Dije a la persona que me atendio tras darme mi Frapuccino. Camine hacia la mesa en la que Summer estaba sentada - Hola... - Dije - Se que quiza esta situacion va a resultar embarazosa pero, estamos en un par de clases juntos no se si te acuerdas de mi, soy Alexander, el chico nuevo - Sonrei de lado.

Me cruzé de piernas, mientras una mesera que ya me conocía, me gritó desde el mostrador - ¿Lo de siempre?..- Me volteé un poco, y me eché a reir, amablemente le contesté. - ¿Tan predecible soy?.. Gracias..- Y sí, así era. Desde hace 2 años que vengo la mayoría de los jueves a darme ese merecido break. Me fijé en la televisión, en la cual pasaban las noticias. No me soprendió por la hora, y me gustaba estar informada de lo que ocurría. Noté como el sonido de la campanilla sonó, alguien había entrado, aunque no le tomé atención.

Suspiré angustiada al escuchar de los problemas políticos que estaba pasando en Egipto. Me sentía impotente, quería hacer algo, pero me era más que imposible. Desistí dejando caer mis manos en mi regazo, y antes de darme cuenta, mi capuccino estaba listo, y con una pajilla, como a mi me gustaba. Asentí y sonreí en modo de agradecimiento, mientras tomaba un sorbo a través de la pajilla. En eso, se me acerca alguien, con un todo algo tímido, si se podría decir de alguna forma. - Hola...- Respondí curiosa, su cara se me hacía completamente familiar, pero como soy de cabezotas, me costaría recordar quien era. Sonreí ante su modestia, eso era muy bien visto por muchas personas. Y así era, ya lo había visto de pasada un par de veces, era uno de los nuevos del club. Me sorprendí al ver que me había reconocido, si bien sabía que era una de más populares del colegio, cosa que no me importaba mucho, aún tenía esa humildad de tener "fama".

- Sí, si te he visto..- Respondí amable, regalándole una sonrisa. - ¿Qué haces por acá?..- Le respondí, observándolo atentamente, y con un gesto, le ofrecí una silla a mi lado.

Si me tuvieran que describir en una palabra seria, seguramente, : Raro o indefinible; ya que era verdad, era de esa clase de personas que cambiaban de forma de pensar cada dia y no me importara lo que pensaran los demas. Ya que, probablemente muchas personas del colegio podrian pensar eso, que soy algo raro, ya que sin venir a cuento puedo empezar a hablarte, como habia hecho con esta chica, no, no la conocia practicamente pero de todas formas ibamos a estar los dos solos tomando un cafe asi que no creo que importara si la acompañaba. Que despiste el mio... ya que quiza y ella estaba esperando a alguien, creo que tenia un novio, me habia parecido verla con alguien; como ya habia dicho, siempre habia sido un buen observador.

Me fije en como ella señalaba la silla. Me sente encantado, con mi habitual sonrisa. - No vayas a pensar que soy un acosador o algo asi... se que apenas te conozco pero no me parecia mal venir a hablar contigo - Me encogi de hombros. Siempre habia sido asi, sincero con todo el mundo, tal y como me habian enseñado mis padres siempre, a decir la verdad a los demas. Pegue un sorbo a mi Frapuccino, el cual aun estaba demasiado caliente. - Vaya... - Me queje - Nunca aprendere la leccion - Toque mi labio el cual habia quemado hace apenas un segundo, siempre me pasaba lo mismo no esperaba lo suficiente para beberlo y me quemaba.

La popularidad, por lo que algunos matarían, era una cosa que en sí yo odiaba. Claro, como todo en la vida, tenía sus ventajas, pero para mi parecer, tenía más desventajas. Siempre cuando etsba en los pasillos, los chicos se me acercaban a pedir una cita, cuando todos sabían que ya tenía novio. Lamentablemente cuando eres popular, generalmente los chicos te ven como objeto de deseo, y aunque no soy de las que presumen, yo sí era bella, pero modesta, como siempre. Al acercarse este chico, no pude evitar ese pensamiento, pero algo en él, algo extraño, me hiso olvidar enseguida la primera impresión, además, nunca había hablado con él.. No podía juzgarlo.

Sonreí coqueta, aunque no lo quisiera, sabía que tenía más de una costumbre de ser así, sin tener voluntad de hacerlo. Con su forma de hablar, me pareció una persona totalmente encantadora, sin duda nos llevaríamos bien. - No, nada de eso.. pero si te sobrepasabas, ya tenía preparado mi gas..- Le bromeé divertida. - Eres del club, tarde o temprano conversaríamos..- Le sonreí. Luego ví como se quemaba con el frapuccino que tenía, a lo que sonreí nuevamente, pero tapé mi boca con la mano para que no sintiera que me burlaba de él. - Creo que hasta un maestro sigue quemándose con el café, es inevitable..- Le dije comprensiva.

Volví mi mirada a las noticias, donde ahora hablaban del maltraro escolar. Fruncí un poco el ceño, pero luego tomé un sorbo de mi capuccino, que estaba más

Sonrei de lado al oirla, era una chica con sentido del humor, o almenos parecia serlo, cosa que era de lo mejor que una chica podia tener; si le preguntara a todas las chicas del colegio, probablemente lo que la mayoria buscaban en un chico era que fueran divertidos o con sentido del humor, (muchas de ellas mintiendo, ya que lo que algunas buscan es un chico que este bueno, del que presumir con sus amigas ) pero que sobre chicas graciosas o con sentido del humor, no hablo de todos los chicos en general pero para mi un prototipo de mi chica ideal fuera como mejor amiga o novia, debia de tenerlo si no, nuestra relacion no llegaria ni a amistad. - Vaya... ahora que lo dices habia pensado en emborracharte o algo mas tarde pero sabiendo lo que me puedes hacer creo que me lo pensare dos veces antes de hacerte algo - Bromee, dejando mi cafe sobre la mesa ya que, claramente aun estaba demasiado caliente para beberlo. - Deberia aprender la leccion, hasta en el vaso te lo pone "Precaucion muy caliente" - Lei en voz alta, te lo ponia en dos idiomas, lo unico que habia que hacer era leer y esperar un poco, la paciencia no era mi mayor virtud, lastima. - Supongo que si, no soy la unica persona en quemarse en este mundo - Sonrei.

- Y dime, ¿ No estas esperando a ninguna amiga verdad? - Pregunte alzando la ceja, cierto era que siempre habia sido extrovertido con todo el mundo pero, no me gustaba arruinar la velada a otras personas por el hecho de que yo no tenia otra cosa mejor que hacer. -

Noté el sentido del humor en su persona. Parecía que me divertiría con él bastante esta tarde. - Yo creo que debe ser más de dos veces..- Le dije con mirada desafiante, parándome un poco y apoyando mis manos en la mesa. Luego de esto, caí en la silla, riendo. Otro comentario divertido de su parte, al cual respondí llena de júbilo. Tomé mi vaso con capuccino y le dí otro sorbo. - Yo me he quemado tanto, que a veces ni siento que tan caliente está...- Le dije haciendo un puchero divertido, para después volver a sonreírle. Y era verdad. Tomaba hace muchísimo café, y creo que me he quemado tanto la lengua y labios, que en cierto modo ya no tenían mucha sensibilidad.

- Estoy esperando a mi novio, y es muy celoso...- Le dije bromeando, alzándole una ceja y entrecerrando un poco los ojos. - No, es mentira..- No pude aguantar la risa, aunque la solté delicadamente. - Este es mi relajo de la semana.. vengo la mayoría de los jueves, hace dos años..- Dije desinteresadamente, abriéndo un pocos los ojos.

- ¿Y tú, esperas a alguien?..- Pregunté atenta a su respuesta. Quizás sonaría un poco entrometida, pero tenía interés en saber, de alguna manera extraña, que ni yo sabía.

- Quien sabe, quiza soy de esa clase de chicos a los que les gusta el dolor... - Bromee alzando una de mis cejas - O a lo mejor soy un psicopata deberias tener cuidado conmigo... - Alze mi taza de cafe soplando, para que se fuera enfriando poco a poco, o mas bien rapidito, porque queria empezar ya a tomar mi ansiado Frapuccino. Como la gente podria comprobar a primera vista era un chico de caracter bromista y optimista, y por ello muchas veces en las que hablaba en serio, la gente se creia que bromeaba, ahora no era el caso, claramente no era ningun psicopata, es mas en ningun momento se me habia pasado por la cabeza tocar a la joven rubia, mas era verdad que muchas veces la gente no me tomaba en serio y podia llegar a ser frustrante. Observe cada mueva, puchero o sonrisa que ella hacia, no por nada en concreto, solo porque me gustaba fijarme en cada detalle de las personas, y de ella podria decir que tenia una sonrisa deslumbrante, podia notarse a distancia ya que desde que habiamos empezado a hablar estaba sonriendo, y seguro que era de esa clase de chicas a las que le gustaba sonreir.

- Espero que tu novio no sea demasiado alto porque sino creo que saldre herido - Dije poniendo una mueca divertida en mi cara, a la vez que las palabras salian de mi boca. - Es un buen lugar para relajarse... desde que llegue aqui he venido al menos como cinco veces, y no llevo demasiado tiempo aqui... - Dije, era verdad me volvia loco el cafe, y mas si procedia de Starbucks.

Escuche lo que ella me preguntaba y negue con la cabeza. - No, no estoy esperando a nadie; tampoco es que conozca a muchas personas por aqui, creo que aun par de ellas, que afortunadamente conoci por los alrededores durante el verano y que van a nuestro mismo instituto. - Sonrei. La cosa era que, aun no habia visto a ninguna de estas personas aun.

Solté una risita coqueta ante su primer comentario, lanzándome al respaldo de la silla, moviéndola.. estuve casi a un segundo de caerme, aunque traté de disimularlo, pero no puedo evitar sentir ese escalofrío, donde un poco de adrenalina se llena el cuerpo, y hace que tus latidos aumenten notoriamente. Tomé un sorbo más, apoyé mi codo en la mesa, dejando caer mi barbilla en esta, haciendo soporte. Lo miré curiosa.. había algo en él que me llamaba poderosamente la atención, pero no tenía idea de qué.. En fin, moví mi cabeza un poco para volver a tierra firme. Aclaré mi voz y tomé otro sorbo de mi capuccino, el cual estaba cada vez más tibio.

Recién lo conocía y ya me hacía reír demaciado, se podría decir que hasta ya le había agarrado cariño, aunque en si eso era fácil para mí. - No, no es tanto.. Pesa unas 10 toneladas.- Le dije sonriendo inocente y despreocupadamente. Tomé rápidamente otro sorbo. - Dímelo a mí..- Sonreí de lado y miré a las meseras y al personal. - Starbucks es el mejor lugar para tomar cafés..- Dije alzando algo la voz, en tono bromista. Ya había entanblado más de una conversación con la mayoría de los trabajadores acá, y eso me causaba algo de risa.

Abrí la boca y lentamente la fui cerrando en modo de sorpresa. - No creo que te cueste demaciado hacer amigos..- Le dije amable y sonriente.

- 10 toneladas... vaya creo que no sobrevivire a eso.. creo que pedire el trasnlado de escuela - Bromee ya que sabia que ambos estabamos bromeando acerca de su novio; el cual probablemente tuviera pero no creo que fuera tal y como ella lo estaba describiendo. Aunque al hablar de novios o novias me preguntaba cuantas parejas habria formadas en el colegio, se quer era una rara cuestion en mi cabeza, bienvenido a mi cabeza el mundo de las raras preguntas y inesperadas respuestas. Ese era yo, bueno mas bien, esa era mi cabeza.

- Si todo el mundo es igual de simpatico que tu, y con esa sonrisa me va a encantar este lugar - Dije sincero, como siempre habia sido, y quiza a veces no resultaba ser algo bueno, ya que mas de una vez me habia metido en problemas sobre todo con personas mayores que me calificaban como maleducado, mas un poco de razon tenia ya que a veces mi gran bocaza podria mantenerse cerrada y las cosas irian mejor; pero no podia controlarlo.

De verdad que me la estaba pasando bien con él. Generalmente no tenía muchos amigos hombres, porque, para que estámos con cosas, la relación de amistad de hombre y mujer, es posible, pero es muy escasa. Sin que pasen cosas que le inciten al otro que la otra persona siente cosas por él o ella. Y bueno, ya tenía un punto ganado, su humor. - ¿Traslado?, ¿estás huyendo?.. pensé que eras de los chicos rudos que no le temen a nada...- Le comenté arqueando una ceja, en el mismo tono de broma que estábamos hablando.

Reí tímida ante su comentario-cumplido, lo cual me pareció más que dulce.. - Sí, mejor pide el translado..- Le comenté levantando ambas cejas y asintiendo con la cabeza. Iba a tomar otro sorbo de capuccino cuando noté que éste se había acabado. Solté un sonido sin abrir la boca de entre desepción y angustia, añadiendo una cara triste pero divertida.