I [FISICAL]

¡Oh Dios!Educación Física nos toca hoy!? Pregunté a la compañera que tenía al lado. Y sí, efectivamente, hoy nos daba el viejo barrigón quien se supone "nos da Educación Física". Me pregunto yo, cómo se supone que nos den clases para estar sanos y saludables, cuando ellos mismos, no lo hacen. Qué doctorados ni qué ocho cuartos.

Dejando de lado todas las irregularidades del Mundo... Fui de mala gana al comedor, y a las demás clases. Eso realmente había amargado mi día. No es que no fuera bueno para los deportes... Pero me daba una flojera... Y seguramente, el día siguiente estaría tirado en la cama, tomando algunas pastillas para el dolor de todo mi cuerpo! Ese maestro nos ponía a hacer abdominales letales. Al menos para mí, el dolor duraba siete días, o a veces más, y vaya que la clase la daba cada Lunes y Viernes. Ni tiempo tenía de recuperarme de una, cuando ya estaba en otra. ¿Me saltaré la clase? pensé. Y de pronto recordé que aquel barrigón nos había advertido que con cinco faltas, iríamos a repetir curso. Dios! No tenía escapatoria.

Me llevé una sorpresa cuando a la hora de la clase, nos avisaron que el maestro había sufrido un accidente, que estaba incapacitado, y no vendría al menos por tres semanas, debido a una "rehabilitación" de su pierna. Al parecer, se había fracturado. Gritaba por dentro de alegría.

Dos horas libres tenía, y ya estaba en las canchas. Pues decidí quedarme ahí.
En eso, vi pasar trotando a un chico. Cómo se llamaba? ... Demian? Sí, creo que sí.
Sabía su nombre porque en algunas clases lo mencionaban mucho. Ya saben... aquellas obsesiones de las adolescentes.

Me quedé sorprendido cuando...

Demian... sí, Demian, me habló de la nada. O eso pensé. Para averiguarlo, clásico, moví mi dedo índice hasta el pecho susurrando... Yo? También miré hacia atrás para asegurarme que fuera yo, y no hacer el ridículo de esas veces cuando piensas que es a ti a quien llaman, y era a la persona que se encontraba atrás de ti. Pero en este caso era yo el único.

No pude evitar reír con su pregunta... Caminando hacia donde él se encontraba, le respondí...
-Ehh... No, no tengo nada que hacer. No tengo clase-Recordé, y miré hacia atrás con el puño cerrado, y apretando la mandíbula en señal de mi estado de ánimo... Alegre!-Con qué necesitas ayuda? Ah, creo que al menos debes saber mi nombre, no te parece? Soy Dean, Dean O' Bannon-Extendí mi brazo, con una sonrisa amable. Educación ante todo, y hasta eso, parecía un buen chico. Se notaba que solía hacer ejercicio. No como yo.